viernes, 23 de mayo de 2008

TRANSICIONES EN LA FAMILIA DE UN MUNDO GLOBALIZADO

El contenido que se aborda en este ensayo son los cambios generados en la familia según Giddens (2003) a través de la globalización, por que considero que la Familia es muy importante debido a que es el núcleo de la sociedad y es en esta, donde el individuo se desarrolla, además de que todos o la mayoría tienen una familia y se puede notar que cada vez son más diferentes que las anteriores y esto sin duda influye en la percepción y comportamiento de cada uno de los individuos.

El propósito de este escrito es conocer el impacto que la globalización ha generado en la familiar, es decir, los cambios desarrollados en la sexualidad, en el ámbito laboral, en la dinámica familiar y en su estructura a través de la alteración de valores, costumbres y tradiciones en México a partir del siglo XX.

Para lo cual, se hace necesario analizar el concepto de este fenómeno mundial, “La globalización de la economía es aquel proceso por el que los mercados y la producción de los diversos países entran cada vez más en una dependencia recíproca a causa de un comercio transnacional con bienes, servicios, fuerzas de trabajo y el movimiento del capital y de la tecnología” (Safranski, 2004).

Sin embargo, el concepto de globalización ha sido utilizado para hacer alusión a procesos que no son únicamente de carácter económico, sino que atienden y afectan a múltiples facetas de la realidad actual, como la cultura, la política, la educación, los cambios ambientales, la pobreza, entre otros.

A pesar de ello, “de todos los cambios que ocurren en el mundo, ninguno supera en importancia a los que tienen lugar en nuestra vida privada, en la sexualidad, las relaciones, el matrimonio y la familia” (Giddens, 2003). Así pues, lo que ocurre en el mundo, de alguna forma afecta la estructura familiar.

A lo largo del tiempo se han ido modificando las relaciones de matrimonio, lo que Giddens (2003) llama “la familia tradicional”, unidad productiva y de solidaridad, basada en el matrimonio decidido por los mayores, dominada por los varones adultos, con profunda desigualdad legal y sexual entre hombres y mujeres, heterosexual, dio paso en los países industriales durante el siglo XX a una familia nuclear biparental con mayor igualdad legal y una sexualidad menos reproductiva.

Los modos de producción, en los que todos estamos inmersos, han repercutido en la estructura familiar y en su dinámica a lo largo de los años, por ejemplo antes las familias creían que era mejor tener muchos hijos ya que eran considerados como una inversión a largo plazo. Sin embargo, en las últimas décadas esta creencia se ha ido modificado como producto de la globalización y consecuentemente por la publicidad que llega a los hogares por medio de anuncios o campañas del tipo “La Familia pequeña Vive Mejor”; lo cual bien puede notarse en la tasa bruta de natalidad del INEGI, que refiere un decremento: en 2000 de 24.1, en 2003 de 20.5 y en 2007 de 18.5 por 1000 habitantes.

Por tanto, ahora se piensa en tener pocos hijos para tener una mejor calidad de vida y que los padres tengan tiempo para trabajar y así tener todo lo que desean, pero nuevamente se cae en el mundo globalizado por que, no siempre se trabaja para uno mismo, más bien para producir y crear riqueza a alguien más.

Por consiguiente, se puede observar que actualmente los papeles asignados por la sociedad para hombres y mujeres se han modificando ya que antes a las mujeres les correspondía la realización del trabajo doméstico y a los hombres el trabajo para el mercado laboral. Así pues, ahora el número de mujeres que trabajan y que hacen una aportación económica al gasto familiar va en aumento y con ello la repartición de estas dos labores entre las parejas, aún cuando su distribución sea desigual. Las siguientes estadísticas tomadas del INEGI ilustran estas diferencias:

En las parejas conyugales donde el hombre y la mujer participan en el mercado laboral, los varones dedican a esta actividad 51 horas con 42 minutos semanalmente y las mujeres 37 horas con 18 minutos; mientras que al trabajo doméstico las mujeres destinan 54 horas y 24 minutos y los hombres 15 horas y 18 minutos, es decir, ellas trabajan casi 37 horas más que los hombres. En consecuencia, para la realización semanal de los trabajos domésticos y para el mercado las mujeres ocupan casi 92 horas, mientras los hombres destinan 67 horas.

Lo anterior muestra que la mujer al participar en el mercado laboral aumenta la cantidad de trabajo que realiza al día, asume el papel de proveedor del hogar pero continúa con la responsabilidad del trabajo para los integrantes del hogar; en cambio el varón de este tipo de parejas prácticamente no modifica su aportación de trabajo doméstico.

La dinámica familiar poco a poco se va alterando, los roles se van invirtiendo y las tradiciones y los valores van cambiando, por ejemplo, ahora los hijos se quedan al cuidado de algún familiar, en guarderías creadas para los padres que trabajan o en su defecto, solos con su niñera: la televisión. Por que en algunos de los casos su madre no tiene una pareja estable, es decir, es madre soltera, suceso que en “la familia tradicional” no se percibía.

Otra transformación importante que se ha dado en la estructura familiar a través de la globalización es el hecho de que existen menos parejas que deciden casarse y más que optan por vivir en concubinato sin ningún tipo de contrato que los obligue a permanecer allí.

Además se percibe a través de las décadas una tendencia en aumento con respecto al número de divorcios debido a todos estos cambios en las creencias, actitudes y comportamientos que sin duda, ponen en juego la estabilidad de algunos matrimonios. Esto puede notarse en las estadísticas del INEGI, que en 2005, reportan que por cada 100 enlaces realizados en el país hubo 11.8 divorcios; en el año 2000 fue de 7.4 y en 1970 de 3.2.

Estos son sólo algunos de los ámbitos donde la globalización ha impactado en la sociedad y se observa que este fenómeno mundial repercute en muchos ámbitos de la vida personal de los individuos que modifica valores, costumbres y por supuesto tradiciones y además, se visualiza una progresiva homogenización, en la que todos tienen acceso al mismo contenido cultural que va unificando gustos, percepciones y preferencias.

En definitiva, se puede ver que aunque pareciera que la globalización es un tema lejano y ajeno a nosotros, esto no es así. Ya que lo queramos o no, afecta la convivencia emocional entre los integrantes de la familia modificando su estructura y su dinámica.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

GIDDENS, Anthony (2003) Un Mundo Desbocado. Los efectos de la Globalización en nuestras vidas. Taurus. España. Tercera edición.
SAFRANSKI, Rudiger (2004) ¿Cuánta Globalización podemos soportar? Tusquets. Barcelona.
Página de Internet del INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA GEOGRÁFICA E INFORMÁTICA:
http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/espanol/rutinas/ept.asp?t=mpob15&c=3192
http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Contenidos/estadisticas/2007/familia07.pdf
http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Contenidos/estadisticas/2007/matrimonios07.pdf

1 comentario:

Israel Alatorre Cuevas dijo...

Nayeli:
"Por tanto, ahora se piensa en tener pocos hijos para tener una mejor calidad de vida y que los padres tengan tiempo para trabajar y así tener todo lo que desean"
Nunca lo había pensado así pero suena lógico, racional, utilitario, como el mundo globalizado...

Las cifras INEGI que citas, acerca de la proporción de trabajo doméstico y remunerado por sexo son incendiarias. Muy buena investigación y selección (aunque discrepo un poco en tu interpretación de dichos datos).

"Por que en algunos de los casos su madre no tiene una pareja estable, es decir, es madre soltera, suceso que en “la familia tradicional” no se percibía".
No se percibía pero claro que existía, siempre hemos sido una sociedad de doble o triple moral, las madres solteras (y sus "bastardos") abundaban, mientras la familia tradicional prevalecía como si nada... Quizá hoy día sean más visibles las familias con cabeza monoparental femenina.

Los porcentajes de divorcio en México son también muy ilustrativos.


Me parece que aunque realizaste una labor muy encomiable de investigación y selección de referencias, no queda tan clara la relación globalización y mutaciones familiares, sería cosa de discutirlo ampliamente pero, afortunadamente, el semestre se acabó. No dejes de leer ni de escribir. Suerte.